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¿Por qué meas así? ¿Qué te pasa? Estás tomando algo simple y haciéndolo complicado. Innecesariamente complicado. Mira, te daré instrucciones. Primero, lo primero. Necesitas la necesidad de hacerlo. Ese cosquilleo sabrosón que se presenta después de unas horas de haber tomado algún líquido —o minutos si el líquido es de naturaleza etílica—. Ya que lo sientas, búscate un buen baño, evitando tomar esta última palabra en su acepción estricta si la necesidad es mucha. Una vez frente al "baño", sácatelo. Claro, suponiendo que no sea tu intención mearte en los pantalones. Sácatelo y apunta. La precisión es importante en algunas circunstancias, en otras es mera cortesía, aunque eso sí, es lo suyo ser entretenida. Ahora suéltate. Pero suéltate tú, no te la sueltes. Una vez que comience a caer el chorro puedes apartar la mirada o cerrar los ojos, pero no lo hagas mucho tiempo. Atento a los chorros rejiegos y a los que se multiplican. Pasado un rato, placentero, sentirás alivio y sabr

Te vi. Vi tu reflejo. En medio de la multitud te vi. Vi tu reflejo. En el destello de tu mirada rebotado en la ventana lo supe: eras la indicada. Sonreí y también me viste. Viste mi reflejo. Sonreímos. Esperamos que la multitud se disipara sin quitar nuestras miradas del reflejo. Apenas hubo espacio al movimiento ansiosos uno al otro caminamos. ¡Mas qué ingrata sorpresa me esperaba! Tus ojos ya no parecieron gratos. ¿Qué crees? Te vi al revés. Vi tu reflejo.

¡Sepulturero! ¡Sepulturero! ¡No llegué a la cita, Sepulturero! Estaba ocupado, entiende... Fueron muchas distracciones. ¡Pero culpa a tu rival, Sepulturero! Me puso en frente a la pelirroja, no tuve de otra que dedicarle un tiempo. Me puso también ante las artes y hubo menester admirar todas. ¡Las letras, Sepulturero! ¡Las letras! Esas son las que más me distrajeron. Te ruego, ten piedad, Sepulturero. No te enojes, regálame un ratito. Que tu rival ya conmigo ha terminado y es ahora cuando más te necesito. ¡Sepulturero! ¡Sepulturero! No llegué a la cita, Sepulturero...

"Lo siento, cariño, pero yo soy así y no hay nada que puedas hacer al respecto. Disfruté mucho el tiempo que estuvimos juntos pero ya me aburriste y necesito nuevos retos. Dolerá, te lo advierto, pero debo decirlo así para que no quede lugar a dudas ni especulaciones futuras: eres una más. Sí, tal cual. Eres una más del montón. No quiero que creas, sin embargo, que no te amé, porque vaya que te amé. Pero te amé como antes amé a muchas y como, espero, seguiré amando a otras tantas. Soy un alma libre y no creo que nadie pueda mantenerme atado indefinidamente, ni siquiera tú. Así que lo siento mucho, pero me voy. Si me ves haciendo maletas es porque las estoy haciendo para marcharme. No hay nada qué entender, no es culpa tuya haber caído en mis garras. Cúlpame lo que quieras porque sí es mi culpa, pero no me odies. Mejor siéntete feliz por lo nuestro. Lo que sea que haya sido", dijo él. "¿Alguna pregunta, cariño?" "Solo quisiera saber una cosa", respondió e

Se levanta de mañana, tempranito por eso del dicho. Se viste y desayuna escuetamente. Si la rutina está en su punto le quedarán unos cuarenta y cinco minutos antes de tener que irse al trabajo. Así es. Gozoso camina hacia el estudio con un donaire. Se sienta ante el instrumento, imponente como siempre, y tiende ambas manos sobre las respectivas octavas.  Respira profundo. Recuerda que no acomodó las partituras y camina hacia el estante. ¿Qué tocaré hoy? Se pregunta. Resuelve por algo fácil y se acomoda de nuevo. Respira. ¡El café! A pesar de haber tomado uno, no puede tocar el piano sin una taza a la mano. Va a la cocina y lo prepara. Regresa y respira. Toca una nota. Tin… Suena raro… ¡El metrónomo! Busca el metrónomo. Tiene la manía de guardarlo siempre en un lugar diferente. Es cosa de artistas, se dice a sí mismo. Respira. Toc, toc, toc, el metrónomo. Se sofoca porque el aparato perturba su propio ritmo. Se levanta y se estira un poco para ponerse en sintonía con el toc, toc. Respi

Un día antes, habían muerto todos los pobres. Nota: Es lugar común, lo admito. Nació la idea cuando mi hermano y mi madre se sorprendían de que el Registro Civil estuviera de vacaciones. "Se detiene el mundo", dijo ella. Le respondí: "No, que para eso están los pobres". Estos últimos no tienen vacaciones porque, de otra forma, los ricos no podrían disfrutar las suyas. El mundo efectivamente se detendría. 

Like a butterfly who came here flying on a spring-y night. Like a butterfly who's living... Like a butterfly we're all here to live but also cry. Like a butterfly we can always get to fly. Gather your feelings and live them and let them go... Like a butterfly who came here flying on-a-spring-y-night.

¡Víbora! Tu veneno es el amor. ¡Perra! Fiel como solo tú. ¡Gata! Tierna y mimosa. ¡Zorra! Tu astucia me atrapa. Los animales no bastan para expresar lo que siento, a mal no me lo tomes: júrolo que no miento.

Coco Drilo se pavonea por el estanque seguro de sí mismo. Sabe que nadie luce como él gracias a sus nuevos zapatos. Seguramente su andar reptíleo sea ahora suficiente para llamar la atención de Coco Drila, notable señorita dueña del estanque, con el verde más verde y pestañas impropias de su especie que, ignorantes de su absurdo, la adornan en una forma especial que atrae a propios y extraños (dícese por ahí que don León se ha fijado en ella, pero sufrió un desplante; de ahí la extensión desproporcionada de su harén). Se acerca, pues, Drilo a Drila, con un aire altivo y echando las patas por delante para lucir sus nuevos cacles. Una proposición. Su respectivo rechazo: "Ni en sueños". En efecto, ni en sueños... Porque Coco Drilo era un cocodrilo feo. E idiota. Feo e idiota. Tan feo que no tenía oportunidad con Coco Drila. Tan idiota que se daba el lujo de soñar que se ponía unos zapatos de cuero humano para los crocodandies con el afán de conquistar a una chica, no haciend

Vengo a anunciarles a Dios pero no a pedirles que le adoren. Lo que es más, vengo a pedirles que dejen de pensar en él de inmediato porque es mío. Mío, solo mío. Anoche, ebria como estaba, se presentó ante mí en sueños. "Tengo un mensaje para la humanidad", me dijo. No le escuché. No pude dejar de ver su bello rostro, con su barba perfecta. Me intenté recobrar pero di con un cuerpo bien torneado. La lujuria se apoderó de mí y me limité a asentar a todo lo que me dijo sin dejar de verlo (y desearlo). Así que mi mensaje es que no hay mensaje de él, sino mío. Olvídense ya y háganse a la idea de que no hay nada, porque lo que hay me pertenece. Morirán y se irán al olvido, a la nada, adieux. Ni lo intenten, mejor vivan bien lo que les queda. Tampoco se molesten en pensar que estoy loca pues no es el caso. Tan es así que me sirvo de este mensaje para despedirme porque mi adonis me espera.

"No soy avaro, Jimena". Se talló los ojos ya sin voltear a verla. Aquella, desesperada, se fue de la habitación. Habiendo terminado la acalorada discusión, Saúl se dio a lo suyo... ... "¡Es que eres avaro por definición, Saúl! Entiende, por favor..." Él abrazó el montón de monedas y lloró amargamente. ... "Mamá... ¿Qué huele tan extraño?" Jimena le explicó a la pequeña que el olor metálico salía del cuarto de papá. ... Saúl tenía un pequeño problema, y en verdad no es que fuera avaro. Su gran problema era que le costaba desprenderse de las cosas a las que les ponía nombre. ... Con las monedas empezó el día en que encontró una tirada, con la nominación borrada. Supo que era un tostón por el color, pero se compadeció y le llamó Boby. ... Después de Boby llegó su raya y la moneda suelta que la de contabilidad no quería guardar: Larry. ... Tras Boby y Larry fueron llegando más. ... Comenzaron las molestias cuando empezó a cambiar la mitad de su s

Busco y busco no lo encuentro, me lo cuentan: no lo veo. "Room 29 is the only place to stay". No lo encuentro, ¿tú lo ves? Ese lugar especial que tiene sentido en sí mismo el cuarto 29 donde lo otro da lo mismo room 29 qué ganas de ser yo mismo. "Room 29 is where I'll face myself alone" - Chilly Gonzales ft. Jarvis Cocker Volteo a un lado volteo al otro no hay sentido yo me largo a seguir buscando...

¿Dónde está la mujer que me devuelva a la vida? ¿Dónde se esconde quien me traerá de vuelta? Perfectamente bella, razonablemente loca, aventurera solitaria, soy el único para ella. ¿Dónde está la mujer que me haga sentir de nuevo? ¿Dónde vive mientras no me encuentra? Escribiendo en su libreta, paseando de noche al gato, usando colores raros y flores en el zapato. ¿Dónde está la mujer que me haga protagonista? ¿Dónde pregunto por ella? Acostada en su vieja almóhada, llorando en silencio. Soñando despierta que corre por la floresta. Where's my manic pixie dream girl? Where's the girl who's gonna save me? Ella no existe, ella es un sueño. She doesn't exist, gracias al cielo. Ella es un tropo, solo un concepto, no tiene metas, solo es un cuerpo. Where's my manic pixie dream girl? Only at my imagination.

Where are we gonna end if we're always going nowhere? Where are we gonna end if we don't really want it to end? Shall we pretend to be immortal until the time is gone? Until time is none and conventions are done? Where are we gonna end after going to the same nothingness day after day and again? We'll probably gonna end at the end, hoping for it to be better, hoping for it to be sweet.

Adquirir libros, más que una expresión cultural, se ha convertido en un deporte de resistencia. ¿Qué hay que resistir? El hambre y las puteadas de quien se entera que cambio pan por hojas. No me preocupa porque aún puedo hacerlo. Ya habrá tiempo de ser responsable. Si por ahora puedo seguir escondiendo, o cuando menos disimulando, el rugido intestinal, lo haré sin pensármelo mucho. Porque lo bueno de los libros que no da a menudo la comida es la posibilidad de vivir más en vida. A esto se le suma si uno escribe, y se llega a vivir el triple que los demás. Ochenta años propios, ochenta leídos y ochenta escritos. Dime tú si no compensa seguir cambiando el hambre por tantas vidas y tantas letras.

Xiaomi Ze, un viejo sabio de la China imperial, tenía una escuela en la cima del Monte Cangrejo, a unos kilómetros de la capital. Acudían hasta él cantidades asombrosas de pupilos, procedentes de todas partes en busca de las enseñanzas que él les ofrecía. Cierto día, uno de los predilectos del maestro Xiaomi, el joven Xeta Te-e, descansaba con los demás cuando lo despertó aquel. Lo llevó hasta el patio central, donde había una mesa con un tazón en el cual se encontraba un hielo del tamaño de un puño. - Xeta Te-e. ¿Sabes lo que es esto? - Es un hielo, maestro. - Correcto. ¿Sabes lo que quiero que hagas con este hielo? - No, maestro, no lo sé. - Necesito que lo lleves hasta la capital, sosteniéndolo en la palma de tu mano, sin usar ningún transporte. - Pero, maestro... No será posible. Está muy lejos y se habrá derretido para cuando llegue. - Anda, haz lo que te digo. Confundido, Xeta tomó el hielo, hizo una reverencia y se fue. Pasaron varias horas hasta que divisó la capita

¿Y qué si temo llegar a viejo? Si no temo a la vejez lo que le temo a la vida. De la vejez acaso me ocupan: la artritis el esfínter la memoria el amor. Pero temo más a la vida: vida que llegando a viejo no haya valido la pena, y vivir arrepentido de no haber terminado antes, porque ahora que ya soy viejo la muerte está ya muy cerca es ya demasiado tarde...

"Soy fuerte como el que más", dijo Venti al capataz. "Nadie resiste al prodigio, narrado de costa a costa, que representa mi grito. Porque dado a una tarea inhalo algo de aire fresco y con los pulmones llenos exhalo vociferando una palabra con magia que hace de mí otro Sansón. Curioso por sendo cuento, dudoso dentro en su pecho, el capataz Victoriano echó suerte en una apuesta. "Escúchame bien ahora, pues si te dices prodigio harás lo que yo te digo y moverás esa roca que tapándome el sendero diario mi camino estorba. Si acaso tú lo lograras tu trabajo doy por hecho, para hoy, mañana y pasado: descansarás en tu lecho. Pero si mientes y fallas, sin ninguna dilación, prepararás cuatro vacas y sin recibir tostón concretarás la labor". Venti se vio vacilante pero al final aceptó. "Estos tres días de descanso son para mi Concepción". Se levantó resoplando y doblando bien sus mangas, hizo frente a la gran roca y las piernas separó, apoyando las dos mano

Chingue a su madre. Chingue a su padre. Chingue a sus abuelas. Chingue a sus abuelos. Chingue a sus bisabuelas. Chingue a sus bisabuelos. Chingue a sus tatarabuelas. Chingue a sus tatarabuelos. Chingue a sus tataratatarabuelas. Chingue a sus tataratatarabuelos. Chingue a toda su asquerosa estirpe este día de primavera que con dejo y disimulo, una mirada y suspiro, en viéndome en el espejo vióme a los ojos y dijo: "¿Qué no ves que tú no sirves?" Que para escribir no sirvo.

Yo, hablando de dibujo, solo entendía el idioma de las lineas y los colores exactos. Por eso cuando te vi por la calle con tus contornos sin lineas ni matices definidos no pude sentirme menos que extranjero. Caminé detrás de ti, asombrado por no poder descifrarte. Dabas pasos que no entendía. Con ademanes extraños te acomodabas el cabello, te rascabas un brazo, detenías un taxi y te ibas. Volví a verte unos días más tarde en el mismo lugar. Seguías estando en otro idioma, pero esta vez yo estaba listo. Saqué mi diccionario y, a toda velocidad, cotejé tu persona con lo que este me indicaba. "Ah... Oh... Ya veo..." Me acerqué y estiré la mano para saludarte como me lo indicó el papel. Tendiste la tuya y nos estrechamos. Viste el diccionario y soltaste lo que más tarde supe que fue una risilla de ternura. Me lo quitaste y lo guardaste, dándome de nuevo la mano y llevándome a caminar. En retrospectiva fue demasiado obvio, pero en ese entonces era yo un extranjero en mi propio

Fue hace un par de años cuando desperté por primera vez con los tacones. Producto de una borrachera la noche anterior, no recordaba un carajo. Intrigado, traté de invocar alguna imagen, algún recuerdo, por mínimo que fuera. En vano, por supuesto. Pregunté a mi esposa y con razonable enojo me cacheteó al negarlo. Mi hija recién nacida aún no usaba tacones. Mi hijo de tres años… Supuse que tampoco. Tomé el par y bajé a almorzar. Terminé y salí hacia la cantina, dispuesto a resolver el misterio (y tal vez a tomar un par de tragos). Una cerveza… Nade sabía nada. Tres tequilas… Nadie tenía una sola pista. Un escocés…  Ya no importaba. Cinco tequilas… ¡Puta madre! Desperté en casa con la llamada a cenar. Afuera casi oscurecía, y abajo esperaba mi familia. Me levanté y caí, preso por los tacones. Molesto, me los quité y los aventé a la chingada, calzándome unas sandalias. Mi familia me hizo olvidar todo aquella noche. En días consecutivos desperté normalmente. Casi olvidaba

No pretendo ser quien termine con el tema, pero al menos me gustaría granjearme el título de ser de los primeros en hacerlo. Procedo pues a ejecutar la tarea de una manera que considere adecuada, procurando alejarme en la medida de lo posible de la pretensión inherente a mi propósito, indicado en el título. Vislumbremos ahora, de una buena vez, de qué buscaré llenar la hoja propuesta: lo que hay dentro. Si dentro de qué es la pregunta, dentro de todo es la respuesta. Creo que es un propósito noble y alcanzable hasta cierto punto en el espacio que comprende una hoja con letra de doce puntos e interlineado sencillo. Así, al ritmo de “Mr. Sandman” de The Chordettes, en un agradable bucle infinito, asumo mi respuesta: dentro de todo hay amor. ¿Trillado? Muy probablemente. Pero esto se puede salvar, me imagino, si consigo justificarlo. El amor, cabe pensarlo ahora, como la fuerza que une al mundo. No como el amor de pareja o el amor hacia otro o hacia uno mismo. El amor por el todo

Parece lejano en ocasiones el poderoso “Todo se sabe” de Aureliano. Esta bomba de apenas tres palabras encierra dentro de sí todo un aparato de conocimiento que, de ser utilizado con cordura y buenas intenciones, permite al usuario comunicar al interlocutor un sentir auténtico del alma. En verdad todo se sabe, pensó José una tarde en que gordas gotas de sudor resbalaban por su mejilla ante la mirada atónita y expectante de su esposa, quien veía como la vida se le escapaba. Lo que pintaba como una tarde romántica había devenido tragedia en el momento en que el intrépido José cayó de un árbol. “Te conseguiré una manzana, amor”, dijo. Las negativas de Iliana fueron vanas, pues antes de poder expresar su inconformidad ya el otro estaba acometiendo la empresa. Apenas hubo arrancado un par de frutos cuando su pie resbaló y cayó al pasto, haciendo su cabeza un ruido seco. Cuando Iliana se recuperó de la impresión ya era demasiado tarde. Atinó a recostar la cabeza de su amado en el re

“Tú no lo hagas, pero ven a vernos”. Muchas variantes hartaron a Mariana, quien finalmente accedió a ir con sus amigas a hacerse un tatuaje. Era un lugar pequeño. Mariana se quedó un momento viendo los diseños que adornaban la fachada hasta que sonó la campanilla, anunciando que al fin entraba. Las dos amigas hojeaban un catálogo; un hombretón barbudo se hacía un enésimo tatuaje; una mujer esperaba su turno. Poco a poco fijó su mirada en cada arista del lugar, hasta llegar al último elemento: el tatuador, encargado de detener el tiempo en la piel de su cliente. De espaldas, parecía un tipo ordinario haciendo su trabajo, pero ella quiso verificar su apariencia. Momentos más tarde, se tatuaba un pequeño símbolo tribal en el brazo, ante la mirada atónita de sus amigas, quienes se habían acobardado en el último instante. En la silla tenía sentido, pero fuera de ella era una locura. La joven renuente, perfecta antítesis del tatuaje en todo sentido, cediendo dócil a la tinta. El mis

The progression of the focal group thoroughly demonstrated that even though we managed to get a good-looking hypotesis, none of our ideas worked at all and love was, indeed, complete bullshit. After the experiment finished we tried to publish our results but we got rejected under the premise that it was already a known subject and no other proof (other than each of our nights silently crying or the memories we embrace even though they're gone forever) were needed. We gave up and now we're studying the implications of cloning ducks to make a real-life "Duck Hunter", which has proven to be a more interesting subject.

Qué dialelo tan severo en que nos hemos metido pues yo te amo, amor mío, porque me amas, y tú me amas porque te amo. Es un círculo vicioso del que podríamos salir apenas reconociendo la falacia de las fuentes de lo que hasta ayer llamamos "nuestro amor, el verdadero". Pero no quiero y no quieres dejar este ciclo informe porque parece que es esto lo que el buen amor propone. Ámame amándote amándote porque me amas vivamos en la falacia que fiel une nuestras almas.

Suele decirse que las cosas no dan miedo de día. Que el monstruo de ropa que me vigila de noche es solo una gabardina. Que la gran mano que toca en mi ventana no es otra cosa que una rama. Que no son voces sino el viento o un gato en celo. Que nadie ha muerto, solo quieren venderme algo. Que era un sueño y no estaba congelado. Suele decirse que en la noche nuestros sentidos se aguzan y nuestra conciencia se confunde. Que no hay miedo de día porque están las cosas claras. Pienso yo que es un error, porque nada me ha dado más miedo hasta este día que el día en que siendo de día me dijiste que estaban contados nuestros días con las palabras tan trópicas: "Tenemos que hablar".

No me mato por cobarde: que se maten los valientes. Los que algún miedo le tienen a toparse con la muerte, tenerla y verla de frente, se acurrucan en su cama cada noche a no soñar y si sueñan sueñan feo la muerte dice "te veo". Porque huevo hay que tener pa' darse un tiro en la sien, pa' colgarse del candel, pa' ponerse frente al tren. Hola y adiós al dolor, eso es para los valientes.

No existes, dijo ella con total seguridad. ¿Cómo que no existo? ¿Qué no me estás viendo? Llevábamos más de quince minutos hablando de frente, después de haber planeado el ansiado encuentro por más de un mes, y ahora no existo. La conocí en internet hace tiempo y congeniamos de buena forma. Pasamos de las primeras preguntas hacia largas charlas y hasta la ilusión de conocernos en persona. Concertamos una cita en un parquesillo que nos quedaba cerca y, ahí, sentados en una banca a la que le daba más sol del que me hubiera gustado, nos saludamos por vez primera y nos pusimos al tanto de lo que pasaba en nuestras vidas. Después abordábamos un tema nuevo, decididos a aprovechar todo el tiempo posible, pero ella soltó la bomba. ¿Cómo es posible que digas que no existo? “Pues así, no existes”. Seguramente mi expresión le indicó que debía decir algo pronto. “Mira… Es que necesito tocar tu nariz para comprobarlo”. Tocar mi nariz… En definitiva era lo más extraño que me habían pedido ja

Pensé que el amor lo podría todo y que me daría suficiente poder para hacer lo que quisiera. La conocí en la biblioteca el último día de clases. Me encantó su acento y me cautivó su garbo. Me sacaba una cabeza y pronunciaba mal las erres. El destino quiso que me aceptara un café, luego que se lo derramara en el pantalón y también que la acompañara hasta su departamento para finalmente darnos un beso en el umbral de la puerta. Las siguientes dos semanas fueron cariño y tristeza. Después tuvo que tomar su avión para volver a su escuela y con su familia, dejándome a mí abatido y con la esperanza de poder seguirla. Tristemente no fue así, pero igual decidimos intentarlo. "Amog de lejos es de valientes" me dijo antes de abordar y en dándome un último beso de los que dan en su tierra. Fue un semestre complicado en que hubo mucho diálogo a la distancia. Problemas sí hubo, pero nunca faltó el entendimiento y el enamoramiento sobrevino. Finalmente y después de mucho papeleo, logré

Muchos años se tuvo a Pedro por coprofílico, pero todos ignoraban que en realidad no lo disfrutaba. Sus míticas lineas de caca fueron producto de un typo y de las ganas de impresionar a su cybernovia.

Con uno armo una tertulia. Yo no necesito a nadie pa' disfrutar la botella. Pongo mi mesa y la copa, lleno una y sirvo la otra, empino, como, sonrío: ya la fiesta ha comenzado. Hablando conmigo mismo, discutiendo y dialogando, refutando mis cinismos y aplaudiendo mis aciertos, con uno armo una tertulia que bien duraría su tiempo.

Se presenta ante el espejo mi más acérrimo rival. No hace falta decir quién es, bastante evidente es la declaración inicial. Apenas sí basta indicar la raíz de la rivalidad. Desde niños crecemos a la par. Al principio no nos notábamos siquiera. Cuando nos conocimos fue novedad y juego. No había rivalidad, pues aún no había sustancia. Éramos simples hojas en blanco que esperaban ser llenadas. Pasó el tiempo y ese extraño conocido estaba más arraigado en mi vida. Lo veía y lo reconocía, ya con cierta cotidianeidad. Aun no había, no obstante, razón para odiarnos. Me emulaba a la perfección y yo a él, sin dramas ni complicaciones. Avanzaba la vida y lo veía cada vez más como a un otro. En mi opinión es esto el principio del fin, o el inicio de la rivalidad necesaria. Llegaba a lavarme la cara y ahí estaba. Si me cepillaba los dientes, si me peinaba. A veces me veía cambiarme de ropa, y era entonces que más nos hacíamos ajenos. Llegó la etapa de la transición, y la riva

Las sassy sisters caminan por la calle con sus calzones de seda y creyéndose invencibles. Las miras, las miro, y ellas elevadas y confiadas se levantan un poquito la falda. No sé tú pero creo que vi un liguero. ¿Lo viste también? Por algo ha de ser, supongo. Aceleran el paso. ¿Las seguimos? Pero tú primero, que a mí me da pena. Ve esas piernas. Una tiene estrías, pero me vale madres. Doscientos metros más adelante se detienen, y es nuestra oportunidad. "Buenas tardes". "Buenas". Me da miedo y sigo adelante. "Cobarde tú, tampoco les hablaste. Mínimo yo las saludé". Se carcajea y las dejamos atrás. Con sus calzones de seda y creyéndose invencibles. Muy elevadas y confiadas, suficientemente descaradas como para intimidar a su demiurgo. Qué culeras.

Nos gusta curar las cosas con tiempo. Pero es posible, piensa un alemán que el tiempo no sea cura sino enfermedad. Es en este tenor que propongo humildemente que la cura sean las cosas que detengan al mal que es el tiempo. Que las cosas logren cada una a su manera frenar el paso infrenable del enemigo minuto. Que sea tan solo un instante lo que cure el transitar en la dimensión del tiempo, que nos devuelva a la vida y ayude a reconocer que a pesar de que morimos también nos toca vivir.

Te extraño porque no te tengo. Si te tuviera tal vez no te extrañaría. Si te tuviera tal vez no te apreciaría. Si te tuviera no te tendría. Porque de poco sirve tener algo o peor a alguien si se le tiene entrado en lo cotidiano donde el sentimiento no existe, donde lo tienes sin tenerlo. Al no tenerlo, por otro lado lo tienes más que nunca aunque sea solo dentro, en el extrañar, en el no tener, eres un necio y lo aprecias como sí ya lo tuvieras.

Cuando se quiere como te quise (con loca intensidad, poca mesura) trata de cerrar la herida que me abriste (sin piedad, vil caradura) he vuelto a amarte y a recordarte (una noche más sin ver fin a esta tortura) pero ya no puedo ahora olvidarte (cómo crees que lo haré si es tu imagen la que me duerme y me despierta, lo último que pienso y lo primero que imagino).

La otra noche te esperé bajo la lluvia (lluvia helada, lluvia constante y serena) dos horas, mil horas, como un perro (que ni a un can le harías lo que a mí, digo yo) y cuando llegaste me miraste y me dijiste (con voz rota y perforando mi alma sin apenas dudarlo) loco, estás mojado, ya no te quiero (no me quieras, tampoco me quiero, qué más da que me quieras o no).

El aire sopla levantando el polvo y las hojas de las calles. El sol calienta las pieles y las aceras que alcanza con sus rayos. La luna sale de noche y afecta a las mareas del mar. Los pequeños bichos recogen de la calle lo que los hombres tiran. Los niños lloran porque sus mamás no les compraron algo. No puedes lastimar a tu alma gemela... No. No puedes lastimar a tu alma gemela. Aunque lo intentes, aunque lo desees, aunque no sepas que lo estás intentando. No puedes hacerlo, y todo mundo lo sabe. Camila flanea su nuevo vestido por el centro de la ciudad. Lleva un helado en una mano y el bolso en la otra. Un bolso pequeño pero igual atractivo para Joel, un ratero de poca monta que la sigue desde hace un par de cuadras. Mientras la sigue la ve y la estudia. Con lo poco que puede saber sobre cualquier cosa, se percata de que es una chica atractiva con un buen vestido. "Es una lástima que tenga que asaltarte", piensa él. La sigue en su paseo hasta que ella se aburre, por lo

Qué lujazo el tener pene. Me quedo dormido en la calle: no temo por otra cosa que por mis posesiones, yo nada sé de agarrones.

Gota sudor su mejilla. Cuerpo cubierto en demasía. Ojos cafés piel morena. Pudor excesivo modestia eterna. Hombre aparece hombre mira. Él imagina él adivina. Algo esconde la mulata. Gran secreto lo atrapa. Todos creen no poder sus secretos bien saber. Se esconde noche día. Nadie sabe su elegía. Se resuelve aquel hombre conquistar a la mujer. Ella sabe lo sospecha, no se dejará envolver. Un poema una canción no alcanza su corazón. Ese amor nada sincero solo quiere su secreto. Una noche él pensando ella llega él platica. Se conocen se convidan ella olvida lo cautiva. Abrigo bufanda guantes zapatos la intimidad va borrando. Blusa falda bragas sostén alegría pura de aquel. Cuerpos desnudos pasión encendida luz apagada mirada lasciva. Pudor descubierto revelado secreto aflora ella contenido momento. Pudor descarnado consumado delito muerto homb

"Las paradojas no son otra cosa que las confusiones del lenguaje: lenguaje en el cual nacemos y que nos constituye al paso del tiempo, y del cual nos es imposible escapar. Wittgenstein, Borges, Foucault, Derridá, palabras... No hay problemas sino malentendidos. No existen los problemas ni las paradojas, simplemente se trata de conceptualizaciones diferentes que concurren en un mismo tiempo y respecto de un mismo diálogo. Todo es simple, lo complicamos porque queremos..." No pareciéndole a ella la explicación de él, se levantó y se fue. "Un Te Amo", dijo antes de terminar de marcharse, "no deja mucho espacio para las paradojas. Lo que entiendo es que te precipitaste y yo todavía no estoy en eso, por lo que es mejor dejarlo por las buenas". Palabras... Dos palabras que se escaparon y que concluyeron la cita antes de tiempo, para bien o para mal, pero al fin y al cabo porque no pudo hacer otra cosa que expresar, con los signos verbales conocidos, la erecc

Why don't we turn back time for tonight? To a better time, why not? When we both were still young, and we cared only for love. When loving each other was easy as just do it, when time that goes by wasn't needed to prove it. Why don't we go back to the past? To a past where regret was in our minds the last. Past that's passed but only by time for I know that our hearts are still beating quite right.

What makes fucking sense at this time of the night? It is only writing that makes me feel right. To create a story, to imagine the love, to feel and pretend that I am not alone. What is it that makes me keep going, don't stop? It's the magic of writing an awesome new world. One where the main is happy and alive, with only the problems for that it can strive. What is it that makes it worth it all the time? The whole possibility of creating life. A life that makes sense and that has a nice set of reasons a rules so anyone can forget.

El día que mi perro perró yo lloré y lloré y a la llore y llore también mi gato gató. Seguidito el otro día el perico pericó yo ya no me lo creía la tortuga tortugó. Mi madre intento consolarme mi padre un loro compró aunque demasiado tarde este poema ya poemó.

"Ché, prendé la televisión que salimos en la dos. No, es posta. Dale, dale". El televisor encendido y los mates calientitos, en la sala se sienta Vale. "¿Pero qué hacemos ahí? Si no hicimos nada..." Pregunta y la toma sale. "Dos jóvenes heroícos que cambian el mundo: sintonice, no le cambie". Se miran el uno al otro sin poder creerlo ni un poco que justo a ellos dos les pase. A saber qué hicieron pero ahí aparecen aunque ahora pasen comerciales. Onda que se miran e intercambian pensamientos del suceso nadie sabe. "Volvemos con la nota de los jóvenes bonaerenses que al mundo le dieron leche". Cobra todo sentido en divertido improviso. ... "Arriba, ché. Arriba, Vale. Dejá la cama y no sueñes". LÉASE CON: Crónica TV-Turf https://www.youtube.com/watch?v=yeM259si0o8

Me atrapó el rompecabezas que tu mirada esconde que nadie ha resuelto que ni tú misma conoces. Me atrapó el rompecabezas que tu sonrisa esconde que delata tu alegría que te guardas para ti. Me atrapó el rompecabezas que tu voz esconde que dulce escurre por el aire que mitigas con susurros. Me atrapó el rompecabezas que eres tú. Me atrapó y no me deja quiere que lo resuelva ¿será que tú me dejas? ESCÚCHESE CON: Stuck on the Puzzle-Alex Turner https://www.youtube.com/watch?v=TKvzHBdcAdM

"¿Tiene cita?" Rogelio sacó un papel mojado de la bolsa interna del saco, arrugado tras haberlo exprimido en la entrada. "Lo siento. Llueve". La dependienta estiró la mano y tomó el papel, abriéndolo con delicadeza y leyendo las letras corridas y apenas legibles. "Pase". Adentro, cuatro hombres ocupaban una silla reclinable cada uno. En una mesita en el centro una caja de pañuelos desechables y en el techo una lámpara a media luz. Rogelio se sentó en la última silla disponible. "Buenas tardes", y una respuesta a coro. Tomó un pañuelo y se reclinó. Segundos después su llanto se mezclaba con el de los demás. Ocasionalmente se sonaba la nariz y entonces volvía a tomar otro, a un ritmo más o menos consistente con el del grupo. Cada cierto tiempo alguno se levantaba y se despedía. "Adiós" coral. No pasaba mucho antes de que otro llegara a ocupar su lugar y nuevas lágrimas brotaban. Las razones para ir a la Clínica de Llanto de Monsieur

¿Acaso no es esa boca el infierno que me toca? Que saltando mi razón a mi mente vuelve loca.

La primera vez que lo vi no podía creerlo. Tuve que tallas bien mis ojos antes de terminar de asumirlo. Más relajado, por fin me entregué a presenciar el colosal espectáculo. Tras haber finalizado, quedé atónito algunos minutos con la mirada clavada en el ahora vacío escenario. Volví en mí y caminé de vuelta a casa, derribándome en el sofá. En un acopio de fuerzas logré poner el noticiero y el reportaje no me decepcionó. "Un par de nubes pelearon el día de hoy en los cielos de nuestra localidad", decía con firmeza el locutor, a pesar de que evidentemente le costaba decirlo. Gramaticalmente correcta, la oración desafiaba a los más inocentes sentidos comunes. "Se calcula que el altercado pudo verse con claridad en un radio de cincuenta kilómetros. Afortunadamente no hubo daños colaterales, y ya un equipo de biometeorólogos se ha creado para estudiar el fenómeno". Las semanas siguientes se presentaron nuevas situaciones entre las nubes, cada vez más violentas y des

¿Qué hay para hoy? Se chupó los dientes y contestó: "Pues si quieres te vuelvo a violar, pendejo". Recordé que mi vida había cambiado y me tapé con la sábana, esperando que el guardia hiciera rondín esa noche.

Me gustaría poder olvidar para dejar atrás esos días. Los días en que todo parecía correcto y en donde la lluvia no me angustiaba. Cuando el perro ladraba cuando menos una vez al día. Me gustaría poder olvidar para volver a levantarme. Para salir de nuevo sin la angustia de ser visto. Para pasear el mundo sin tener que hablar solo. Me gustaría poder olvidar para ser yo mismo de nuevo. Dejarme detrás para poder alcanzarme. Ganarme el respeto que perdí de este otro. Me gustaría poder olvidar para olvidar que tú existes. Dejar de soñarte y despertar cansado. Abrazar a mi almohada sin que se transforme. Pero a veces, solo a veces, me gustaría poder recordar. Me gustaría poder recordar cómo era la vida antes. Cómo vivía cuando la lluvia no me importaba, cuando no tenía perro, cuando no me acostaba, cuando salía solo, cuando hablaba conmigo, cuando no existías. Me gustaría poder recordar cómo era antes, pero lo olvidé. Entonces, y solo entonces, me gustaría no poder olv

¿Qué se puede hacer con ocho pesos? Poco. Bueno, tampoco poco. Pero definitivamente no tanto. O al menos eso pensé cuando me llevé la mano a la bolsa y sentí tres míseras monedas. Una de a cinco, una de a dos, y la otra. En otros tiempos (los buenos tiempos) tal vez me hubiera vuelto loco comprando una cantidad enfermiza de chicles, pero ahora comprar dieciséis de estos cuesta el doble que antes. Un refresco hubiera sido también una opción, pero hoy me quedo dos pesos corto. Dulces. Dulces sí ajustaba, pero no me apetecía mucho. Hacía calor y lo último que quería era quedar todo plegostioso. Caminar fue entonces la primera opción. Con ocho pesos en la bolsa sí que puedo caminar. Y con mucha soltura, hay que saberlo. El centro estaba lleno de gente que pasaba y me presumía inconscientemente sus más de ocho pesos. No me importaba demasiado, pero me hacía cuestionarme mi fortuna: otros dos y sería rico. Ya con diez las cosas cambian, y ajusto al menos alguna cosa importante, como

Si soy o no un romántico de clóset a pocos o a nadie le importa. Si tus ojos de brillante añil me inspiran o no el deseo de seguir vivo a pocos o a nadie le importa. Si acaso la sonrisa que tus labios rosas dibujan cuando suena el trinar de las aves da calidez a mi corazón a pocos o a nadie le importa. Si es cosa que tu melódica voz que me despierta de las pesadillas dé vida a mis mañanas a pocos o a nadie le importa. Si de plano es tu cabello fuente de mis inspiraciones cuando en su natural caída me permite cepillarlo a pocos o a nadie le importa. Si soy o no un romántico de clóset a pocos o a nadie le importa. Porque solo a ti te importa, que sabes si es que lo soy, aunque yo diría que no.

¿Qué me dice el rasgar de la guitarra que no me diga el amor? La cosa es que es cierto que ambos ponen a funcionar la misma parte del cuerpo, el corazón. ¿Qué encuentro de único y bello en lo que llamas tu canción? Que me habla de ti y lo que te mueve que tú llamas de una manera pero yo llamo pasión. ¿Qué pasa cuando no logro controlar la pulsación? Algo muy dentro pasa que no logro ya entender pero alcanzo a comprender que es el amor.

Mi vida cambió un día. Un día en que veía porno. Al respecto, bueno sería mencionar el desarrollo dialéctico en lo que hace a mis hábitos pornográficos hasta entonces. Comencé como cualquiera, buscando fotos en internet. "Putas; zorras; mujeres desnudas; tetas,..." Las búsquedas estándar para un gran sector de la población puberta. Avancé luego a los videos de las páginas más vistosas. El porno era actuado y plástico, pero yo no lo sabía ya que no había otra cosa. En algún momento se volvió soso y busqué algo más. Llegué a páginas un poco más ocultas. Lo amateur se volvió lo nuevo. Su cercanía con la realidad pudo proveerme con un nuevo nivel de disfrute. Aguanté un buen rato en ello pero, como cualquier cosa, me aburrió. ¿Qué seguía? Claro, más especificidad. Llegó el fetichismo (cuckold, gangbangs, interracial, pulpos) y el smut. El porno se desbordó. Acá estaba el día en que mi vida cambió. Organizaba mis carpetas de porno de nicho al tiempo que imprimía el último smut

Como cuando piensas que realmente dejó las drogas que le permitían ignorar el dolor provocado por el cáncer y el hecho de que nadie le quería porque te conoció a ti, pero luego se muere y te das cuenta de que abajo de su almóhada hay un chingo de frascos escondidos.

Veía el otro día una cápsula bastante interesante y pensé que valdría la pena compartirla. Al final no la encontré, así que tendré que narrarla. En la cápsula aparecía un hombre maduro hablando sobre una experiencia medio rara en que narraba cómo operaba por primera vez un tumor de oído. Aparentemente su procedimiento nunca se había intentado y fue un cambio importante en el mundo médico. El comercial avanzó normalmente hasta un punto en el que deja de hablar el cirujano y aparece un cuate con un suéter verde diciendo algo medio inesperado: (parafraseando porque no lo recuerdo exactamente) "La verdad este no es el médico que realizó la operación, ya que no pudo venir, este es un actor parecido". Se me hizo curioso, pero pensé que era algo que debía mencionar por alguna cuestión legal o algo parecido. Siguió la cápsula y pasaron un clip de la operación que se veía bastante gráfico. Vuelve a aparecer el mismo tipo de suéter verde y dice que realmente no es una grabación origi

La noticia fue dada el 20 de octubre del 2017. Después de meses de discutirlo, Zuckerberg y compañía implementarían una nueva función a Facebook: el meta-like. En principio simple, no consistió en otra cosa mas que en un like para un like. Y es que, normalmente, un me gusta a una publicación era bien recibido, pero a menudo quedaba la sensación de que no se podía comunicar esto. Es por ello que se añadió la funcionalidad, cuya meta era notificar a la persona que te gustaba que le gustara lo que habías publicado. El anunció fue bien recibido, y su implementación ocurrió diez días más tarde. El primer meta-like lo dio un artista famoso respecto de una canción que publicó. Fue en este momento en que se descubrió que había un bug en su implementación: la intención original era que se pudiera dar solo un meta-like, de forma que se agradeciera el like y nada más, pero un error en el código permitía que se dieran de forma indefinida. Así, se agradecía el agradecimiento cuantas veces se q

DJ Samuel armoniza tu pachanga. Informes y contrataciones al 477-444-0171. Expo XV Años 2017: todo para que tu fiesta sea espectacular. ¿Necesitas dinero? ¡Nosotros te lo prestamos! Joaquín Hernández, Abogado. Civil, Penal, Mercantil y Laboral. DJ Samuel armoniza… ¿Por qué iba a contratar a DJ Samuel? No lo conozco y seguramente solo conectará una memoria a la consola para reproducir lo que esté sonando. La expo tampoco puede representar una mejor forma de gastar dinero. Ni tengo quince ni planeé tenerlos. Hay que estar un poco ido para formar parte de la esquizofrenia colectiva que genera la dichosa presentación de una señorita en sociedad. Disfrazarla de putita un rato y de pseudocondesa otro tanto para que un montón de pervertidos se la sabroseen. Dinero, hablando de dinero. Todos lo necesitamos, pero no todos lo necesitan tanto. Vender mi alma a los agiotistas es un error que no quiero volver a cometer. Pero peor que los agiotistas: los abogados. La escoria de las universidade

La única cosa que jamás recomendaría sería enamorarse de María. Y no por despechado, como pudiera parecer, pues la realidad es otra (antes más bien me gustaría agradecerle). Ella es perfecta. Bellísima e inteligente, figura femenina de intenciones clarísimas a la hora del amor. Huele a vainilla o azahares, dependiendo de su humor. La sonrisa que su boca forma construye mundos. El par de manos que tiene puede cambiar la historia de una vida. Su voz melódica detiene el tiempo… Pero María tiene un defecto imperdonable, y es que es perfecta. Podría parecer bueno, pero no lo es, pues cansa después de un rato. Tan perfecta es que tuve que matarla. Ahora mismo no sé si no recomendaría a nadie enamorarse de ella por ser perfecta o por estar muerta, pero es igual, no lo recomiendo. Y no por despechado, como pudiera parecer, pues la realidad es otra (antes más bien me gustaría agradecerle).

Salí. Salí de la habitación. Salí de la habitación por una de las dos puertas. Salí de la habitación por una de las dos puertas y llegué a otra. Salí. Salí de la habitación. Salí de la habitación por una de las dos puertas. Salí de la habitación por una de las dos puertas y llegué a otra. Salí.

Inútil sería hablar de su incomparable belleza. Describir su cabello castaño que cae apenas por debajo de los hombros. Sus ojos grandes y expresivos. Labios carmín, modelo de una manzana. Manos de porcelana y la fineza de una estatua griega. Inútil, por no decir falso. La verdad es que Anita no es bella. Nacida de una pareja hermosa por donde se vea, Anita no logró heredar la esteticidad de sus padres. Cabello cenizo y opaco, ojos resecos, una linea por boca, manos rechonchas y figura cuadrada. La fortuna no está de su lado en términos banales. Pero a ella poco le importaba. Anita salía a pasear balanceándose con garbo y orgullo. Miraba a quien quería y le retaba a dejar de verla. En principio sencillo por no haber en su fisionomía un solo elemento atractivo, pronto se probaba difícil, si no imposible, gracias a un encanto especial que obligaba al que más a perderse en sus propuestas. Luego venía el acercamiento y el desplante propio de quien se sabe deseado y solo quiere divertirs

Can we love at fifteen? Can we share of our hearths the beat ? Can we feel of each other the breath? Can we know it'll be forever? Can we plan much of our future? Can we feel happy in advance? I don't know. No one can. Try it, I guess. Can we love at fifteen? Certainly yes, or not. Try it. You're just a teen.

Ella era artista. Sí que sí. Era artista. Y además de artista: bonita. Era muy pero que muy bonita. ¿Qué le hacía falta? Cantar. Cantó "Cinema", de Benny Benassi. Sí que cantaba. Y cantaba muy bien. Y además: bonita. Ah, ¿qué también jugaba videojuegos? Bien por ella. Sin duda alguna. Y bonita. ¿Deportista? Claro, por qué no. ¿Bonita también? Por supuesto. "¿Has visto "El Lobo de Wall Street?", le pregunté. Claro que la vio. Además es bonita. "¿Recuerdas la escena en que el gordo conoce a Jordan? Pues eso... Dime que escribes. Muéstrame algo que hayas escrito, y juro por dios que ahora mismo lo dejo todo y me dedico enteramente a conquistarte". Lo suyo era sacar un poema y un cuento. Así lo hizo. Prolijos, perfectos. Encima era bonita. El esfuerzo de los siguientes meses fue vano a más no poder. No me dio ni una sola oportunidad. Tampoco me importó, pues intentarlo era suficiente. Mi (ahora ex) novia no estaba contenta, y tampoco mis amigos, pues

La linea de producción de vida se puso en marcha el 01 de enero del año 2300. Unos meses antes el último equipo había dado con el método adecuado para controlar la parte de la célula que le tocaba. A partir de ese día la humanidad debía cambiar para siempre y enfilarse hacia un futuro distinto. Ya no importaba Dios, su idea era más obsoleta que nunca antes. No era vanidad, era pura habilidad. El hombre creando vida… Todo inicia a mediados de los años 50’s del siglo XXII, cuando a un viejo médico británico se le ocurrió algo por demás descabellado: iba a dar con un método para diseñar vida. En principio se le criticó, con justa razón, por ser una empresa demasiado compleja. “Es una idea con un porvenir inagotable”, decían. “Jamás se amasará el conocimiento suficiente para crear vida”. “Sigue siendo ciencia ficción”. Otros pensamientos negativos análogos nutrieron la discusión por un par de años. Fue hasta inicios de los 60s cuando Joseph Gilbert Martins publicó su ensayo de 50 pági