Entradas

Mostrando entradas de 2015

Sempiternos problemas

Yasser Modigbo, subgerente de cierta tienda de muebles, se molestaba frecuentemente debido a su estatura. Pedro Quiroz, detestado limpiaparabrisas, se molestaba frecuentemente debido a su estatura. Sasha Thompson, actriz mediocre de cierta televisora, se  molestaba frecuentemente debido a su estatura. El día llegó en que, cansados de sus vidas, decidieron, cada uno por su cuenta, operarse. Ese día el doctor Moreira se hizo rico con tres extrañas cirugías idénticas. Al siguiente, cierta tienda de muebles, cierto crucero, y cierta televisora, iban a recibir una grata sorpresa. Ahora, Yasser es gerente, Pedro trabaja en un autolavado, Sasha tiene su propio programa, todos los tratan un poco diferente, y el mundo sigue su rumbo. No fue difícil, no fue imposible. La actitud no entró en juego; tan solo un bisturí y muchos billetes. Si me preguntas si son más altos o más bajos, no lo sé, no les pregunté. Solo sé que ahora se molestan frecuentemente porque están siempre ocupados

El perfecto momento

Un camión cerca de reventar. El calor a punto de dejarnos a todos horneados. Una chica asquerosamente bella sentada justo en el asiento a donde mi pelvis apuntaba amenazante cada que alguien pasaba por detrás mío.  El chofer, como siempre, manejaba lento e ignoraba el timbre. Un indecente ponía la música de su celular tan fuerte como podía. Tres niños; dos lloraban, uno dormía.  Más hombres que mujeres, más viejos que jóvenes. A lo que podía ver, era de los pocos que no rebasaba los treinta años. Aparte de los niños, la chica asquerosamente bella, y yo, todos eran añejos. Mi parada no llegaba sino en una hora. Menudo caminito. La chica asquerosamente bella volteaba de vez en vez, me miraba de reojo, y regresaba la vista con una sonrisilla malévola. Quería que le hablara la muy maldita. Y yo, sin duda, quería hablarle. No era muy bueno en eso, pero nunca está de más intentar. Poco a poco, el camión se fue aligerando. Llegábamos al final de la ruta, estábamos a escasos quince minu