Diáloco

 Alicia, estoy hasta la chingada de ti. Necesito irme y empezar una nueva vida. Lejos, donde tu recuerdo no estropee mis ligues.

¿Tus ligues? ¡Viejo raboverde! Lárgate a donde quieras. Yo no te estoy deteniendo.

Pero Alicia, ¿qué dices? ¿Cómo que no me estás deteniendo?

¿Yo? ¿Deteniéndote? ¡Si he querido que me dejes en paz desde hace sesenta años! ¡Sesenta!

No puedo, Alicia, no puedo irme. Disculpa. Te amo demasiado.

Ya lo sé, ven acá, ven... Sé que me amas, no te puedo dejar ir.

Gracias, mi cielo, gracias. ¿Crees que ya venga Lucy con la comida? Estoy hambriento.

No sé, amor. ¿Vamos a caminar?

Sí, mi cielo. Sí.

Comentarios