Amor de padre

 "Pero, mamá... Ya te dije que no me gusta nadita"

"No importa, Bernabé. Tienes que tomártelo".

"Mamá... Te prometo que si me perdonas hoy, mañana me tomo dos vasos".

"Bernabé, ya cállate. Buenos días, señorita. Le encargo por favor un jugo surtido. Sí, con betabel. Sí, también con apio. Es para este chiquitín, que no quiere crecer."

"Mamá, ya te dije que no me importa ser alto".

"Berna... No vas a ser alto, vas a ser gigante, como tu papá".

"Como papá... Ya ni sé qué tan alto es ese tipo".

"¡Bernabé! ¿Qué te dije sobre llamar así a tu padre?"

"Mamá, ¡lleva seis meses en ese estúpido faro! Ni sabe que ya tengo novia..."

"No tienes novia, escuincle. Es tu amiga, estás muy pequeño para tener novia".

"¿Tú qué sabes, mamá?"

"¿Que yo qué sé? Sé más que tú".

"No creo, mamá. Papá ama más al mar y yo apenas te aguanto".

Flor se aguantó el nudo en la garganta y dio un primer trago al jugo. Hizo un gesto y se lo dio a Bernabé. "Está rico, tómatelo y vámonos". 


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