Estudio cíclico "Dormilona"


Hay veces en que, mal sentado, se te duerme la pierna. Sobre todo ocurre en las pantorrillas. Menos comúnmente, en las manos. La explicación es simple: una falta de circulación sanguínea en la parte afectada es lo que provoca la tremenda sensación de hormigueo. Hasta aquí todo bien, la cosa es intuitiva y a todos nos ha pasado algun vez. Lo que cambió el día de hoy, al menos para mí porque no sé si a alguien más le ha pasado, es que se me durmió fue el cerebro.

Ahora, un médico podría opinar que corrí peligro ante la falta de circulación en esa zona del cuerpo, pero los insto a que no se preocupen. Fue apenas un poco, apenas lo suficiente para sentir el hormigueo. Además, fue planeado...

Lo planee mientras escribía esto, ante el deseo inminente de experimentarlo. La técnica para conseguir la falta de circulación sanguínea fue similar a la forma de acceder a ella en otras partes del cuerpo: el aplastamiento. Un aplastamiento que conseguí por medio de la planificación de este final: pensando cómo terminar lo que empecé a escribir logré aplastar mi cerebro apenas lo suficiente para sentir el hormigueo.

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