De camiones y amorcillos


Dicen que el amor de camión es de los mejorcitos, y doy fe. Rápido, sencillo, intenso. Es fácil darse a él porque tiene caducidad inmediata y no lastima a nadie. Sabemos que uno de los dos bajará en algún momento y ambos seguirán su camino, superándose en cuestión de minutos y habilitados para un nuevo amor, de similares características, en su próximo viaje.

Dicen que el amor de camión es de los mejorcitos, y doy fe, pero agrego algo. De los mejorcitos amores de camión es el que no es el de uno mismo. Doy fe porque hoy lo vi y lo sé. Vi cómo ella lo veía a él, un asiento adelante en la fila contraria, diagonal suficiente para verlo de perfil, y él a ella de lleno pero solo si volteaba, lo cual hizo por vez primera cuando se sintió observado y la atrapó con el límite de la mirada. En ese momento, pude verlo, nació el amor de camión.

Las miradillas furtivas se fueron haciendo cada vez más obvias, sobre todo las de él, quien de pronto se había perdido y no sabía dónde estaba, teniendo que voltear a todas partes cada quince segundos pero poniendo especial atención en la dirección en que estaba ella. Esta última, por su parte, se limitaba a ver desde su cómodo lugar para después de un rato dar un paso importante: la sonrisa. Esa sonrisa que habilita algo más cuando es respondida, como lo fue. La sangre de ambos se agolpó en sus mejillas. De pronto él no estaba tan perdido y ella se interesaba muchísimo en un folleto publicitario. Unos minutos más y volvieron a lo suyo, esta vez con mejores prospectos.

Las miradas seguían yendo y viniendo en un vaivén de locura. El asiento de delante se desocupó y ella saltó sin reparo. Estaban de lado a lado. No se veían más que con el filo del ojo hasta que él se animó a toser y voltear. Ella volteó también y quedaron de frente. "Hola".

La tensión se había vuelto increíble y no era yo el único en notarlo. Un silencio sepulcral inundó la unidad a la espera de una respuesta. "Ho-" ¡Beeeeeeeeep! Lo siento, era mi bajada. Me fui y no sé qué pasó luego. Una verdadera lástima no ver cómo acaba esa historia porque tenía futuro, pero al menos doy fe de lo que vi. Porque es rico el amor de camión, pero es más rico ver cuando sucede.

JMGC

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